A MANERA DE EDITORIAL
Cuando abres los ojos después de una buena siesta, sabes que estás despierto y vivo. Otro día no los abrirás y ni te enterarás que has muerto (al menos eso es lo que suponemos). Sólo sabrán que has muerto tus familiares y amigos.
El dolor, si es que se le puede llamar dolor, que siente una persona por la pérdida de un familiar no tiene vocablo indicado que describa el hondo abismo que deja esa persona cuando no está en el mundo de los terrestres.
Con estas sentidas palabras, aunque no consuelan, pero honestas de corazón, deseamos que Aleidy Del Valle Prato Tang, quien muriera cristianamente el 30 de diciembre de 2011, en el estado Nueva Esparta, descanse eternamente en paz y que Dios le guarde en un sitial de honor, como deberían tenerlo las buenas personas.
QEPD "Aleidyta"...
POR Leonardo Bruzual Vásquez